Nombre
del área protegida y categoría de manejo
Oficialmente el área protegida es reconocida como “Parque Nacional Juan
Bautista Pérez Rancier” desde el año 1996. La categoría ‘parque nacional’
asignada fue confirmada por la Ley de Medio Ambiente 64-00 y la Ley Sectorial
de Areas Protegidas 202/2004.
Localización
y/o dirección de la sede administrativa del área
El Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, anteriormente conocido
como "Valle Nuevo", se localiza en la Cordillera Central de la
República Dominicana y forma parte del sistema montañoso más importante de la
Isla Española. Esta zona ha llamado la atención
desde que en 1888 el Barón de Eggers incursionó en el área y depositó las colecciones
botánicas en centros de investigación de Europa. Las plantas colectadas
lograron que investigadores europeos de gran renombre científico, como
Schomburgk, Ekman y Chardón, mostraran interés por estas tierras y años más
tarde realizaran varias expediciones a dicha remota región.
El parque se encuentra localizado entre las provincias Monseñor Nouel,
La Vega, Azua y San José de Ocoa, en los
paralelos 18°36'10" y 18°57'52" latitud norte y 70º26'56" y 70º51'44" longitud Oeste. (EEI, FMP-TNC, 2001).
Imágen Google mostrando el mapa con las provincias y zonas de influencia. |
Institución
administradora
La institución a cargo la conservación, manejo y protección del Parque
Nacional es la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARENA), a
través de la Subsecretaria de Areas Protegidas y Biodiversidad y la Dirección
de Areas Protegidas (DAP), teniendo hasta la fecha una administración
permanente dentro del área protegida. El área protegida cuenta con una oficina
administrativa ubicada en el valle central con el equipo mínimo necesario para
el desarrollo de actividades relacionadas con la protección del área protegida
y atención a la visitación.
Extensión y marco legal
Según los límites
establecidos por el decreto 233/96, el Parque Nacional Juan Bautista Pérez
Rancier ocupa un área aproximada de 910.00 km². La Ley Ambiental 64/2000 y la
Ley Sectorial de Areas Protegidas 202/2004 reconocen a los límites
anteriormente establecidos en la Ley 4389-58.
Relevancia Ecológica
Diferentes componentes ambientales (topografía, geología, elevación y
clima) han hecho posible que en el ámbito de dicho parque se encuentren
presentes variados tipos de vegetación. Los estudios de flora efectuados en la
Evaluación Ecológica Integrada (EEI) han
reportado 531 especies de plantas,
distribuidas en 401 espermatofitas y 130 helechos. De estas plantas, 138
especies endémicas de la isla están presentes en el lugar, lo que significa un
endemismo de 30%, excluyendo las especies introducidas. (Plan de Conservación, FMP-TNC,
2001).
Muestra de bosque de Ébano Verde, Madre Vieja-Sonador. |
Algunas de las especies, como es el caso de Juniperus gracilliors (sabina), Magnolia
pallescens, (ébano), Podocarpus
aristulatus (palo de cruz), Vegaea
pungens (especie restringida a sólo algunas áreas de éste parque),
encuentran allí la posibilidad de escapar a una posible extinción. (Plan de
Conservación, FMP-TNC, 2001).
Fauna
Con relación a la fauna, la misma está representada por 66 especies de
aves, de las que 16 son endémicas de la República Dominicana, entre las que
están: Loxia megaplaga (pico cruzado),
Calyptophillus frugivorus (chirrí), Miadestes
genibarbis (jilguero), Priotelus
roseigaster (papagayo), Nesotictes
migromegas (carpintero bolo) y Asio
stygius noctipetens (lechuza
orejita).
Pico cruzado |
Lechuza orejita |
Uno de los grupos más conspicuos y de más elevado endemismo lo
constituyen los anfibios. De este grupo se han reportado en el parque 17
especies, representando el 85 % de los
anfibios presentes en la cordillera central y un 26 % con respecto al total de
las especies reportadas para la Isla Hispaniola. Entre estos están Eleutherodactylus
auriculatoides, E. audanti (bosque de pinos), E. abbotti, E. inoptatus
(bosque latifoliado), así como E.
Montanus y E. patriciae, de más
amplia distribución.
Los reptiles reportados totalizan 23, de estos 3 especies están
pendientes de identificación, y al igual que los anfibios todos son endémicos, Anolis aliniger, Celestus costatus, C.
darlingtoni, Leiocephalus personatus y Anphisbaena manni son los reptiles
de mayor presencia en el área.
Se ha confirmado la presencia de 33 especies de
mariposas, resultando ser el parque Juan
B. Pérez Rancier, junto a otras zonas de la cordillera central, único hábitat para el
desarrollo de algunas especies, como son los casos de Greta diaphana charadra y
Calisto chrysaoros. (Plan de
Conservación, FMP-TNC, 2001)
Cobertura y uso del suelo
Estudios de la Evaluación Ecológica Integrada, el
análisis e interpretación de imágenes de satélites LANDSAT TM 1988, 1992 y
1996, así como las fotos áreas de 1984, han clasificado la cobertura vegetal y
el uso de suelo de ésta área de la
manera siguiente: una cobertura boscosa de aproximadamente 390 km², de los
cuales bosques de
pinos abarca la mayor extensión con 244.45 km², seguidos por los bosques
nublados con una superficie de 124.46 km², parches de bosques latífoliados cubriendo una
extensión de 16.34 km² y por
último pequeños parches cubiertos por Manaclas.
Estas áreas boscosas permiten albergar una rica
biodiversidad, contribuyen a la captación de agua y a mantener una excelente
producción hídrica. En dicho parque existen alrededor de 472 ríos de orden I, formando parte de 5
cuencas hidrográficas y en 4 de estas se han construido infraestructuras para
la generación de energía eléctrica, suministro de agua para riego en apoyo a
las áreas agrícolas de las provincias de la
región sur (San Cristóbal, Peravía y Azua), para el Cibao Central y
contribuyendo con el suministro de agua potable para la Ciudad de Santo
Domingo.
Alrededor de 221 km² están dedicados en la actualidad al cultivo de
productos menores (papa, zanahoria, ajo, cebolla, gandules, repollo,
habichuela, tomates). Cerca de 50 km² han
sido dedicados en los últimos años a
expandir la frontera agrícola y
aproximadamente 45 km² fueron afectados
por incendios forestales en las dos décadas pasadas. Los 193 km² restantes, hasta cubrir la superficie total
establecida en el decreto 233/96, han sido
históricamente dedicados a la producción agrícola de ciclo corto, al cultivo
de café y áreas para pastoreo. (Plan
de Conservación, FMP-TNC, 2001)
Geología
La Cordillera Central es un macizo montañoso que consiste en un
basamento metamórfico intrusionado por rocas ígneas, y de rocas volcánicas
rodeadas de un manto de sedimentos terciarios (Schubert A. 1984). Diferentes
edades geológicas se han registrado en el Parque Nacional Juan B. Pérez
Rancier, habiéndose documentado áreas originadas en el Cretácico (parte de las
cuencas Yuna y Nizao); zonas de origen glacial específicamente la zona de Alto
Bandera, entre los rasgos geomorfológicos glaciales que sustentan tal
aseveración están: citamos “circos, aristas, canales glaciales, rocas
aborregadas, morreras y depresiones rellenadas por turbas, a elevaciones por
encima de 1800 m” (Schubert 1984), y otras de origen terciario.
Clima
De acuerdo a diagramas climáticos elaborados por la Subsecretaría de
Recursos Naturales/Secretaría de Estado de Agricultura (1983), en San José de Ocoa las precipitaciones
medias anuales son de 1,075.5 mm con una temporada seca que se extiende de
diciembre a Marzo, un pico elevado de precipitaciones en mayo y otro menor en
los meses correspondiente a Octubre-Noviembre. La temperatura promedio anual es
de 23.5o C para un período de observación de 45 años.
En Bonao el valor promedio
de precipitación es de 2139.1 mm, correspondiendo al mes de mayo las mayores
precipitaciones; no se observan temporadas de sequía, la temperatura promedio
anual es de 25.8 oc, para un período de observación de 43 años. Constanza presenta un promedio anual de
1026.4 mm con máximos de lluvias en el
mes de mayo y una temperatura promedio anual de 18.2 o C.
Las condiciones del clima del Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier
están regidas por los factores generales que determinan el clima en la Isla
Hispaniola. Según De la Fuente (1976) estos son: su ubicación geográfica (al
borde de la zona tropical norte), la circulación de los vientos alisios del
noreste, que arrastran humedad en su recorrido por el Atlántico y al
encontrarse con nuestros sistemas montañosos ascienden y producen lluvias
abundantes, la condición de isla y su reducido tamaño permiten la influencia de
las brisas marinas e influyen en la cantidad y distribución de las lluvias.
Las condiciones orográficas combinadas con la altitud y la influencia
de los vientos alisios, que en el área
tienen su punto de inversión térmica a 2,150 msnm (gran parte del altiplano
queda por encima de este punto), contribuyen a
los valores de precipitación anual, y a las bajas temperaturas.
Muestra del Pajón Criollo con escarcha de hileo. |
Basados en el gradiente altitudinal se estima una temperatura promedio
anual que oscila entre 12 y 15 grados Celsius, registrándose temperaturas bajo
cero Grados Centígrados con frecuencia (SEA/DVS, 1990). Observaciones no
registradas (Andrés Ferrer, comunicación personal) establecen que las heladas
por irradiación se producen por encima de los 2,000 m de altura en sitios como
la Nevera, Valle La Lechuguilla, Rancho al Medio, Hoyo del toro y Alto de la
Bandera. La primera helada de la estación invernal suele ocurrir generalmente a
finales de Noviembre y principios de Diciembre, prolongándose hasta finales de
Abril. Se han producido también heladas
tardías a fines de Junio.
De acuerdo a Llinás & Ortíz (en prensa) el régimen pluviométrico de
éste parque nacional presenta en sus valores
medios una tendencia a ir incrementando en dirección noreste-sudeste,
correspondiendo a la cuenca del río Yuna (polígono A), ser el área de mayor recepción de lluvias, a
consecuencias de los vientos alisios. Se estima un promedio anual de 2000 mm de
lluvia al año, presentando dos regímenes de lluvia definidos por los fenómenos meteorológicos de
traslación. Para el polígono A estos autores reportan una época lluviosa en el
otoño e invierno climático y época seca en la primavera y verano, correspondiendo a septiembre ser el
mes más lluvioso y a marzo ser el mes más seco. (Plan de Conservación, FMP-TNC,
2001)
Hidrología
Este parque nacional ha sido reconocido por su capacidad de producción
de agua: 472 Ríos de orden I, 196 de orden II y 101 de orden III. Algunos de
los principales ríos del país inician
sus cuencas en esta parte de la geografía nacional, tales como:
Cuenca Río Yuna: con un área ocupacional dentro del parque de
225.8 km2 con una longitud
hasta su desembocadura
de 206.6 km. Esta cuenca tiene una producción de agua según las precipitaciones
de 2000-3000 l/s/km², reportados en los datos de la EEI.
Cuenca Río Nizao: que ocupa un área dentro del parque de 159.8
km² una extensión total de 143.2 km. La producción de agua en la cuenca según las precipitaciones es de
1000 l/s/km², reportados en los datos de la EEI.
Cuenca Río Las Cuevas: cubre una superficie dentro del parque de
269.3 km² y una extensión hasta su confluencia con el Río Yaque del Sur en la
presa de Sabana Yegua de 58.4 km.
Cuenca Río Grande del Medio: Esta cuenca cubre 123.5 km² dentro del
parque, y recorre 79.3 km antes de confluir con el río Yaque del Sur en la
Presa de Sabana Yegua, con un caudal aforado promedio de 3.2 m³/seg.
Cuenca Rio Yaque del Norte: La protecciòn del PNJBPR, ademas favorece la
conservaciòn del caudal ecologico de una de la “microcuencas” que conforman la
parte alta del Rio Yaque del Norte, se trata de la “Microcuenca La Descubierta”
ubicada a la inmediaciones de las comunidades de La Castilla y la Descubierta,
el àrea que ocupa la cuenca del Rio Yaque del norte cubre 23 km² del PNJBPR.
De estos Ríos depende la economía de la región e inclusive la
nacional. Sobre cuencas originadas en
esta región se han construido las principales presas del país: la Presa de
Sabana Yegua, la Presa de Hatillo, la Presa de Río Blanco y el Complejo
Hidroeléctrico del río Nizao que incluye las Presas de Jigüey, Aguacate,
Valdesia y el Contraembalse de Las Barías.
Todas ellas desempeñan un importante rol en el abastecimiento de agua
potable, agua para riego y en la generación de electricidad. (Plan de
Conservación, FMP-TNC, 2001)
Mapa sobre recursos acuáticos del Parque Nacional Valle Nuevo. |
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